La reintroducción de marmotas en el Pirineo ha sido un éxito, pese a la baja diversidad
genética de los animales
reintroducidos, según una investigación llevada a cabo por el
Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF-UAB).
Según el estudio, publicado en la revista Conservation Genetics,
las marmotas reintroducidas en el Pirineo muestran muy poca
variabilidad genética porque provienen de sólo dos localidades alpinas y
no se han mezclado entre ellas, aunque esta baja diversidad genética no
ha supuesto ningún impedimento para que la reintroducción haya sido un
éxito.
Los investigadores Mariona Ferrandiz-Rovira, Bernat Claramunt e Irene
Figueroa (CREAF-UAB) han estudiado la variabilidad genética y la
procedencia de tres poblaciones de marmota alpina (Marmota marmota)
situadas en tres localidades de Andorra, la Cerdanya y el Ripollès.
Según ha explicado Ferrandiz-Rovira, "que las poblaciones sean diversas
genéticamente es importante en general, pero lo es más aún cuando las
poblaciones son pequeñas, como es habitual en las reintroducciones de
especies".
La razón es que "cuando la diversidad genética de la población es
baja, generalmente aumenta la probabilidad de extinción y se reduce la
capacidad de adaptarse al nuevo ambiente, que implica inevitablemente
cambios", según la investigadora. Por este motivo, los investigadores
quieren estudiar próximamente cómo reaccionarán al cambio climático
estas poblaciones de marmotas.
El bajo número de ejemplares fundadores -unos 400 reintroducidos en
40 años-, junto con el aislamiento geográfico y genético, "ha provocado
que la diversidad genética de las tres poblaciones pirenaicas se haya
visto muy reducida".
"La población del Ripollès es muy diferente genéticamente a las otras
dos", ha puntualizado Ferrandiz-Rovira. "Al no mezclarse entre ellas,
cada población del Pirineo todavía se parece mucho a la población de
origen de los Alpes, y por eso hemos podido identificar de dónde
provienen con mucha precisión", ha dicho la investigadora.
Inicialmente, los investigadores sospechaban que todas las marmotas
fueron reintroducidas a partir de una única región alpina de
procedencia, pero ahora se ha visto que hay dos: las marmotas
reintroducidas en Andorra y la Cerdanya provienen de Mercantour, en el
sur de los Alpes, mientras que la población del Ripollès proviene del
norte, de la región de Vanoise.
Según el trabajo, la reintroducción de marmotas alpinas en los
Pirineos durante buena parte del siglo XX ha sido un proceso a menudo
poco coordinado y mal documentado, sin un registro claro del origen de
los individuos reintroducidos.
Las marmotas del Pirineo, extinguidas hace unos 15.000 años, se
reintrodujeron en varias zonas del Pirineo francés entre los años 1948 y
1988, donde rápidamente se establecieron y colonizaron casi toda la
cara sur del Pirineo. Inicialmente, se liberaron cerca de 400 marmotas
fundadoras, que en poco tiempo llegaron a formar una descendencia de
10.000 ejemplares.
Los investigadores han concluido que, a pesar de la falta de
seguimiento y la baja diversidad genética de las poblaciones estudiadas,
la reintroducción ha sido muy exitosa y las marmotas han conseguido
colonizar el Pirineo.
Según el CREAF, este estudio pretende ser a la vez una base de
conocimiento y una guía para otras reintroducciones de ésta y de otras
especies, sobre todo para conseguir reintroducirlas en el Este de los
Alpes después de varios intentos fallidos, y para la especie de marmota
de la isla de Vancouver (Marmota vancouverensis), en grave peligro de
extinción.
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